martes, 23 de septiembre de 2014

[I] Appetitum Animi

I

“La única manera de no perderse es no tener un rumbo”
Nidde, Comentarios.

Hace años que los rebeldes habían dejado de ser un grupo de gente asustada y desorganizada, pues con la llegada del 3º Dux las cosas habían cambiando radicalmente y en la sala de conferencias situada en la submarina ciudad de Astrian se planeaba que cambiaran aún más, frente al pódium la sonora voz del Irgrich Tarom se hacia escuchar apelando al sentimiento del pueblo y clamando descaradamente la hora de la venganza, Tarom un bajo y fofo individuo no era mas que un acomodado miembro de lo que se consideraba “Nobleza” al ser uno de los descendientes del 3º Dux, bajo el titulo de Senador la vida había estado abierta para el e Iter la comandante de las “Serenas de la muerte” escuchaba atentamente cada una de las falsas palabras del hombre, resultaba sencillo pedir que el pueblo luchase hasta la muerte cuando uno estaría resguardado tras la barrera que otorgaban las ciudades submarinas.

Pero al parecer los demás no compartían la opinión de la chica, entre aquellas paredes de piedra Gar que se encontraba sumergida y lejos de todo indicio de luz, la muchedumbre escuchaba acaloradamente las palabras de aquel hombre. A Iter nada de su persona le causaba buena impresión es mas, desde sus desacomodados rasgos faciales hasta su retorica intrincada y retorcida se le antojaba una señal de alerta, si una cosa tenia clara era que ese hombre jamás le generaría la confianza que debía tener en un mandatario, jamás pondría a sus “Serenas de la muerte” bajo sus ordenes, algo le indicaba que este “Revolucionario” tenia demasiados intereses personales en juego para poder considerarlo una persona honesta y esos “intereses personales” seguramente no eran los mismos que predicaba.

Pero ante lasa faltas de pruebas, nada podía hacer, además era evidente que este personaje tenia mas de un seguidor entre sus filas y arriesgarse era innecesario y pueril.

De todas maneras ella debía dirigirse a la asamblea después de el... tendría que calmar los ánimos, una tarea algo complicada pero faltaba poco para su turno mientras las ultimas palabras de Tarom resonaban en sus oídos.

-¿Durante años hemos de vivir en la precaria sombra que nos ofrecen las ciudades submarinas? Nuestros gobernantes siempre nos piden calma ¿Y que hemos logrado? ¡Solo cederles la tierra mientras nos escondemos como cucarachas en contra de nuestra voluntad! Aun estamos a tiempo de reivindicarnos y destruir a nuestros adversarios!-

Sus palabras carentes de un apoyo no eran lo peor de esta escena si no que el publico coreaba al unisonó.

-¡Venganza!-
-¡Venganza!-
-¡Venganza!-

Mientras el mandatario bajaba del pódium para ceder el turno a la chica, que nunca en su vida había sentido tantas ansias de matar a un humano...

Su gentil caminar llamo la atención del publico, se veía especialmente atractiva con el uniforme beige de comandante que solía usar para ocasiones formales, Iter era un chica sencillamente adorable, con su largo cabello castaño claro que le llegaba hasta los muslos, de facciones finamente esculpidas y con unos ojos de un gris tan profundo que parecía que estos se encontraban congelados, esto que resultaba intelectualmente insignificante le había ganado el favor de muchos miembros de la nobleza, por que era evidente que estos estirados eran tan estúpidos y superficiales que en lo ultimo que se fijaban era en lo que realmente importaba, las ideas para ganar la guerra y deshacerse de una vez de estos molestos Fuscus-Fugus.

Cuando se acerco al pódium cruzo su altiva mirada con la de Tarom que rebozaba en felicidad, inclusive este se tomo la molestia de dedicarle una burlona mirada de desafío mientras se retiraba con su asistente. Era de conocimiento popular que la postura de Iter Digrieda a pesar de no ser pacifista llamaba a la calma.

Poso su grácil figura frente el estrado mientras insertaba un disco ayuda en la parte inferior del pódium donde podía observarse un pequeño tablero, le dirigió una mirada interrogante al senador D’Armat quien era su benefactor y consanguíneo, este la observo benévolamente para luego hacer un ademan indicándole que podía comenzar.
-Es natural que siendo humanos queramos venganza.- Comenzó - ¿Pero acaso no es este uno de los mas grandes errores en que podemos caer?- Hizo un pausa para dedicarle una mirada a todos los espectadores y continuo.-Si bien hemos sido victimas de estos Fuscus-Fugus y hemos sufrido los infortunios mas grandes que se recordaran el la historia de nuestra especie, también podemos asegurar que nos a costado décadas llegar a donde estamos. –

Un espectador se levanto iracundo para hacerle frente, pero el mediador le indico que estaba prohibido interrumpir, este hizo caso omiso de su advertencia y levanto su voz.

-¿A dónde estamos?- Pregunto con sorda mientras miraba al publico detenidamente.
Iter lo reconoció inmediatamente como el Comandante de Derkat, ya que este iba ataviado con el inconfundible uniforme de su legión, el traje negro con franjas doradas que en los puños de la chaqueta tenia grabados los inconfundibles dragones de Jork. El comandante no era mas que un irreflexivo joven apenas mayor que ella de nombre Deran, uno de los fanáticos del senador Tarom y que además era conocido por no perder la oportunidad de masacrar cruelmente en nombre de la humanidad, de apariencia joven y gallarda, pero detrás de su envoltorio Iter sabia que solo había un hombre adicto a la sangre.

-Cariño te diré donde estamos- dijo en un tono despectivo que acarreo miradas de desaprobación y odio de algunas Serenas de la muerte que se encontraban en la sala.-Estamos en un hoyo submarino- continuo.- ¿Cuando se ha visto que tengamos que huir de tal manera para sobrevivir? ¡Creo que ya es hora que dejemos de lamentarnos y luchemos por lo que nos pertenece!-

La multitud aplaudió devastadoramente, mientras la diminuta figura de la Digrieda reflejaba odio en su mirada a través del gran proyector ubicado un poco mas arriba del pódium.

-Comandante Deran si quiere dirigirse al publico debe concertar una audición con tiempo, ya habrá momento para replicas cuando la señorita termine- Recordó el mediador – Ahora tome asiento y guarde silencio o me veré el la obligación de hacerle sacar-

Deran se sentó satisfecho mientras intercambia una mirada de complacencia con el senador Irgrich.

-Luchemos – Prosiguió Iter- dejémonos morir por la causa, ¡Para que esta no haya servido de nada! Es sumamente fácil decir que debemos vengarnos y yo incluso lo creo pero ¿Dejaremos que la venganza nos ciegue? Nos superan en numero y desgraciadamente en habilidades, pero nosotros tenemos un punto que podría ameritar una victoria, ¡Las Aquilas! Muchos no se atreven a usarlas por ser una maquinaria de doble filo pero, Las Serenas de la muerte hemos venido a esta asamblea con el único propósito de ofrecernos a probarlas en el campo de batalla, estamos conscientes de lo que estos guantes son capaces de proporcionarnos y quitarnos–

Presiono un pequeño botón que se encontraba en el tablero del pódium y enseguida en vez de su imagen apareció otra de este pequeño artefacto, era una especie de guante de cuero que solo cubría un tercio de la mano.

– Como pueden apreciar es una franja que cubre precisamente la zona de los nudillos, en los que se insertan esas cinco puntas que sobresalen llamadas clavus, antes de eso el Doctor Emil Arkaten, biznieto del creador del Aquila, lleva a cabo una pequeña operación para poder colocar los clavus, el tejido de la mano y sus huesos no se ven afectados, solo lo condiciona para que el Aquila pueda ser insertada. Como saben su tecnología logra reunir la energía humana materializándola, de tal forma que aparece un difuso haz de luz sobre el Aquila regulado por nuestra mente, al cual podemos dar forma y usar como arma, pero este “haz de luz” al ser parte de nuestra energía y al expresarlo y utilizarlo como arma en un combate real, nos abandona, nos vamos vaciando, de modo que es un arma limitada y que con un uso irresponsable nos puede causar la muerte, además esta energía altamente concentrada quema la piel, pero para evitar el este efecto el Doctor Emil a creado una loción que protege la extremidad, de manera que por ahora es posible utilizarla tomando las precauciones pertinentes, ahora bien – Pulso el botón de nuevo y la imagen desapareció para volver a mostrar un holograma de su rostro.- El objetivo de utilizar un arma no perfeccionada no es otro que cazar un Fuscus-Fugus, ya que antes de vencer hemos de conocer a que nos enfrentamos y tal vez mas de algo podamos aprender de esta forma de vida. Ya hemos trazado un plan en conjunto con la legión de “La novena estrella” pero las Serenas de la muerte no somos suficientes como soldados de batalla... Buscamos ayuda de otra legión, y es para eso que hemos venido.- Finalizo esperando respuesta del escéptico publico.

No estaba conforme con su discurso, pero solo necesitaba el apoyo de una legión, de las 23 restantes mas de alguna escucharía, mas de una debía estar dispuesta, no le bastaba con sus soldados y las brujas de la novena estrella no luchaban, debía tener refuerzos.

El senador D’Armat, su protector la contemplaba con orgullo buscando entre el publico algún comandante que expresara su apoyo.

Deran se levanto.

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